Me revienta no poder conformarme. Me gustaría que poco fuese suficiente, y no querer ni necesitar más. Eso me ahorraría muchos calentaderos de cabeza y lo haría todo mucho más sencillo.
No me gusta ser tan inseguro. Sin duda hay complejos y miedos que no se pierden con la grasa. Se pegan incluso más que ésta al cuerpo, si cabe.
A veces me jode ser tan desconfiado. No me permite disfrutar por completo de lo que tengo: una parte de mí siempre está tensa, preparada para amortiguar el presunto golpe.
Es una putada dejarse llevar por los sentimientos. Es imposible nadar poco a poco una vez te sumerges en ellos, se convierten en una corriente que te arrastra con fuerza. ¿Dónde me van a llevar esta vez?
Voy a optar por aceptar la opción a conocer a otra gente que me das. Me parece injusto que otros tengan que suplir lo que contigo me falta, pero es la única manera de que pueda seguir aquí. Esperando.
Y entre todo ésto, no puedo dejar de recordar algunos momentos contigo. Cómo ese en el que estás cómodo, te relajas y coges mi mano y la llevas a tu estómago para que te abrace mientras vemos una peli.