11 noviembre, 2011

Morning Lights.

Una nueva mañana. Un nuevo amanecer sorprende a Álex sentado en la terraza, envuelto en su manta. Sostiene la taza de café a la altura de sus ojos, y contempla el horizonte a través del vapor que sale de ella. Las últimas luces de la ciudad, los primeros rayos de Sol, el cielo vestido de fuego y ceniza. Una madrugada más.

Deja la taza en el suelo. También las gafas. Se levanta y deja caer la manta. Sonríe al nuevo día con tristeza, y se despereza. Este momento se ha convertido en nuestro ritual diario, un momento de silencio y de calma.

Su mirada se pierde a lo lejos mientras yo me pierdo en sus ojos sin que él se dé cuenta. Sé en quién está pensando.

- Es hora de vestirse. Vamos a llegar tarde a trabajar. - le digo.

Asiente, y le sigo con la mirada mientras entra a casa rascándose la cabeza.

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